Resumiendo, en estos 74 días hemos recorrido 6.800 Km. Esto no sólo quiere decir que ya toca cambiar aceite, sino que ya nos quedan sólo unos 300 Km. para llegar a la “Alta California”, y dejar nuestro querido México. 6.800 Km. es casi Barranquilla (Col) a Santiago (Chi)… Bastante, ¿no? De esos, unos 2.000 han sido en Baja.
Estos últimos días han sido de mucha carretera. El viernes 5 (día 71) dejamos Loreto para un corto recorrido a Bahía Concepción. Nuestros amigos Mike el pescador y Martin el guardabosques nos lo habían recomendado. ¡Y vaya que tenían razón! EL RECORRIDO fue corto y lindo, con los paisajes del Mar de Cortés. Llegamos a “Los Cocos”.
Y el servicio de despertador, ¡de lujo!
Pero al día siguiente debíamos partir. El objetivo era Santa Rosaliíta para alcanzar la crecida del domingo en el Pacífico. 400 Kms. que demandaban una escala intermedia en Marasal. EL RECORRIDO nos llevó bordeando el mar al pueblo minero de SANTA ROSALÍA, donde hicimos mercado en el Ley, y luego nos adentró en el desierto, muy bonito, pero ya se va cansando uno, ¿cierto?. Y Marasal no tiene nada interesante. Aunque el camping en el que nos quedamos, a diferencia del de Bahía Concepción, tenía los mejores baños que nos han tocado en este paseo. Luego de 400 Km. De desierto (RECORRIDO) llegamos el domingo a Santa Rosaliíta. No es exactamente un pueblo mágico.
Pero tiene una linda playa, con olas.
Pero llegamos justo cuando el viento arreciaba. Así que no hubo surf. Pero si hubo enterrada en la arena, la cual resolvimos como expertos. Dormimos arrullados por las olas y mecidos por vientos de más de 25 km/hora. Y junto a la van de Grail, un surfista canadiense algo extraño, que viajaba sólo.
El amanecer se veía muy lindo, y sin viento. Pero ¿qué creen? Sin olas. Así que partimos al norte. El objetivo era una escala previa a llegar a Calamú, donde habrán olas el martes. El lugar de escala resultó algo frustrante
Así que decidimos continuar otros más de 100 Km. Para llegar al Rosario (RECORRIDO). 325 km de desierto sin una gasolinera, ni una torre de celular. Pero bueno, llegamos bien.
Una bonita playa, con una hermosa noche… Y buen internet para ponernos al día.